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17

Abr 2020

FISIOTERAPIA DEL SUELO PÉLVICO. Prolapso

en Medicina y Salud

Después de una semana sin novedades, hoy volvemos a hablar de una patología del suelo pélvico, el prolapso

Trataremos de explicar qué es, que tipos hay y que podemos hacer para tratarlos.

 

¿Qué es un prolapso?

 

 El prolapso se podría definir como: un descenso de uno o varios órganos pélvicos, respecto de su posición anatómica original, a través del conducto vaginal


Dependiendo del órgano que esté descendido recibirá un nombre u otro. Así nos podemos encontrar:

• Cistocele o cistouretrocele: cuando descienden la vejiga y la uretra.

• Histerocele: cuando desciende el útero.

• Rectocele: cuando desciende el recto a través de la pared posterior de la vagina.

• Enterocele: cuando se prolapsan las asas intestinales.

 

 


Según el “American College of Obstetricians and Gynecologists”, los prolapsos se clasifican en 4 grados que dependen de la posición que ocupe la víscera prolapsada:


• Grado 0: Ausencia de prolapso

• Grado 1: Leve. Ligero descenso del órgano que permanece en el interior de la vagina.

• Grado 2: Moderado. El órgano desciende hasta el plano vulvar.

• Grado 3: Grave: el órgano sobrepasa el plano vulvar y sobresale por el exterior de la vagina
durante una maniobra de valsalva.

• Grado 4: Muy grave. El órgano se encuentra exteriorizado incluso en reposo.

 

 

 

 


            Desde la fisioterapia sólo podemos tratar los prolapsos de grado 1 y 2. Los de grado 3 y 4 requerirán de

tratamiento quirúrgico.

 

¿Por qué se producen los prolapsos?


Si sólo hubiera una causa que produjera el prolapso, tanto el diagnóstico como el tratamiento serían mucho más fáciles de llevar a cabo. Pero por desgracia existen muchas causas potenciales como pueden ser:

• Edad

• Menopausia (pérdida de estrógenos)

• Embarazos (fetos grandes, multiparidad)

• Partos vaginales (instrumentalizados o no)

• Obesidad

• Tos crónica

• Estreñimiento crónico

• Practicar habitual e intensivamente deportes de impacto o hiperpresivos (running, crossfit, pádel,
tenis, etc.)

• Factores congénitos

• Cirugía pélvica previa


Simplificando, el mecanismo que conduce al prolapso es, en definitiva, un debilitamiento y fallo en las estructuras que se encargan de sostener las vísceras

pélvicas.

 


Síntomas


En un grado inicial, puede que la paciente no tenga ningún tipo de síntoma y se detecte en una revisión rutinaria ginecológica.

Sin embargo, en estadíos más avanzados, puede ir asociado a distintos síntomas:

• Sensación de pesadez o bulto en la zona genital

• Dolor durante las relaciones sexuales

• Síntomas urinarios: incontinencia urinaria, urgencia miccional, infecciones repetitivas, sensación de
no vaciar completamente la vejiga...

• Síntomas intestinales: estreñimiento, problemas defecatorios...

• Dolor perineal

 

Por todo esto, es muy importante una buena anamnesis y valoración del suelo pélvico, que ha de realizarse
tanto tumbada como de pie.

 


Tratamiento

 

El objetivo del tratamiento de fisioterapia es estabilizar al máximo el prolapso a través de un mayor sostén por parte de los músculos del suelo pélvico. Sólo la cirugía podrá devolver el órgano a su estado inicial.

Los prolapsos grado 1 y 2 podrán ser tratados con fisioterapia para evitar un mayor descenso y reducir la
sintomatología.

Los prolapsos grado 3 y 4 deberán ser intervenidos quirúrgicamente y requerirán un tratamiento de
fisioterapia postoperatorio para dar un mayor apoyo y evitar una futura recidiva.

Podemos recurrir a:

• Técnicas instrumentales: biofeedback, electroestimulación y las bolas chinas, para mejorar el sistema muscular y recuperar el automatismo perineal

• Entrenar nuestro suelo pélvico con ejercicios abdomino-pélvicos y de Kegel: Aquí también podríamos incluir los ejercicios hipopresivos. Y una recomendación sería intentar evitar, en la medida de lo posible, cualquier actividad que suponga un aumento de presión intraabdominal como los deportes de impacto o levantar demasiados pesos de manera repetida

• Controla tu postura

• Controla tu dieta y trata de evitar el sobrepeso o el estreñimiento

• Poner en práctica técnicas seguras para ir al baño: Evita empujar de manera brusca y aguantar la respiración. Lo ideal es una posición casi en cuclillas, con las rodillas flexionadas por encima de 90º, manteniendo la espalda estirada e inclinando el tronco ligeramente hacia delante al mismo tiempo que permites que el aire salga por tu boca, asegurándote de que no tienes la glotis cerrada.

• Para el tratamiento de un prolapso uterino también puedes contar con la ayuda de lo que se conocen como pesarios. Los pesarios son unos dispositivos que ayudan a mejorar los síntomas del prolapso subiendo las paredes de la vagina y ayudando a soportar la vejiga, el recto y el útero, manteniendo en su interior el tejido prolapsado.

Existen multitud de formas y tamaños diseñados para tratar los diferentes tipos y grados de prolapso. Deberás consultar con tu especialista si son beneficiosos en tu caso concreto y qué tamaño y forma es la más adecuada para ti

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